Al despertar,
tu y yo
habíamos refutado
la ley de impenetrabilidad de dos cuerpos
domingo, 3 de febrero de 2013
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El nacimiento abre un paréntesis en la inmensidad de la nada. Paréntesis que se cierra sólo con la muerte, y la nada sigue su curso. Entre esos paréntesis que encierran mi vida, yo he abierto muchos más. Desde aquel primer amor a la que pensé hablarle un día, día que todavía no llega, hasta el paréntesis que abrió en mi vida la violencia de esta maldita ciudad. Paréntesis que lucho por cerrar y que me está volviendo loco. Este es el recuento de algunos de esos paréntesis...
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