Nunca cruzó tu mente pensar que yo también quise saberme amado.
para ti fue suficiente sentirte amada, y no te diste cuenta de que en tu descuido, rompiste ese amor en mil pedazos.
El nacimiento abre un paréntesis en la inmensidad de la nada. Paréntesis que se cierra sólo con la muerte, y la nada sigue su curso. Entre esos paréntesis que encierran mi vida, yo he abierto muchos más. Desde aquel primer amor a la que pensé hablarle un día, día que todavía no llega, hasta el paréntesis que abrió en mi vida la violencia de esta maldita ciudad. Paréntesis que lucho por cerrar y que me está volviendo loco. Este es el recuento de algunos de esos paréntesis...
Nunca cruzó tu mente pensar que yo también quise saberme amado.
para ti fue suficiente sentirte amada, y no te diste cuenta de que en tu descuido, rompiste ese amor en mil pedazos.